A propósito de Slavoj Zizek

       Fue Marcel Proust quien dijo aquello de que hay creencias que crean evidencias, es decir, que, cuando uno está convencido de algo hasta la médula, percibe la realidad sólo bajo ese prisma y no hay manera de convencerlo de que hay otras opiniones y otros puntos de vista, otras existencias paralelas. Al fin y al cabo es la antigua distinción orteguiana de ideas y creencias. en la que defendía que las ideas son aquellos conocimientos que uno tiene y creencias, en lo que uno está, en aquellas certidumbres que conforman como nuestra espina dorsal ideológica y definen nuestra vida y la orientación que le damos en el proyecto y en su desarrollo.
     Siempre el ser humano, y los demás seres vivos a su manera, nos hemos sentido necesitados de creencias en las que apoyar nuestra conducta y nuestro modo de hacer y, sobre todo, dar sentido a nuestra existencia. Puede sin embargo que al relato que explica nuestro presente cultural y político le falte hondura y consistencia teórica, de manera que se haya dado un salto metafísico, que diría un filósofo, en el juego convenido de interpretar el mundo. Así se explicarían acontecimientos colectivos imprevistos y casi imprevisibles, que sólo se pueden entender cuando se han alimentado con claves emocionales: apuntalar el brexit, no por los beneficios que proporcionará sino por la distorsión rompedora que supone. Es el tránsito de una creencia hermenéutica o metodológica a una praxis puramente iconoclasta. Fuera de todo propósito transformador.
     Slavoj Zizek, escritor y filósofo esloveno, que ha quebrantado todas las leyes del eclecticismo mezclando en su doctrina a Hegel con, por ejemplo, Taylor Swift, que defiende lo que él llama un socialismo burocrático o que expone su pensamiento en videos del estilo de Guía ideológica para pervertidos, en una multitudinaria conferencia pronunciada en Madrid ha asegurado estar harto de la irresponsabilidad narcisista de Podemos. Zizek, que para unos es el futuro y para los otros el cantamañanas cínico que vive de decir a cada uno lo que quiera aunque sea lo contrario de lo anterior o nadie entienda lo que dice, utiliza a Podemos para enviar un mensaje universal: el Black Mirror ya está aquí y nadie hace nada por controlarlo. Porque los ordenadores son estúpidos, nulos. (Del filósofo cínico Menedemo se decía que venía del infierno a observar a los pecadores para luego contárselo a los demonios).

Publicado el día 14 de julio de 2017

No hay comentarios:

Publicar un comentario