Movimientos alternativos. 3

   Sabido es que los griegos, al no aceptar el modelo de organización política y de gobernación del absolutismo, en que prácticamente todas las demás culturas y civilizaciones, en mayor o menor grado, vivían, se encontraban con problemas sobrevenidos que era necesario resolver. Así en la discusión sobre el asunto de los mejores para entregarles el gobierno, había dos posiciones. Una, que representaba lo que hoy podríamos llamar aristocracia o partido aristocrático, entendía que a algunos los dioses les otorgaban determinadas cualidades que los hacían más preparados para asumir estas responsabilidades. Sin embargo defendían otra opinión quienes creían que los divinos, además de dar a cada persona los talentos específicos para llevar a cabo una determinada tarea o profesión (zapatero, guerrero, arquitecto…), atribuían a cada ciudadano los requisitos para ejercer la acción pública. Cuando Hermes pregunta a Zeus, o Júpiter, de qué manera ha de distribuir entre los humanos el sentido de la moral y de la justicia,” entre todos, dice el padre de los dioses, que cada uno tenga su parte en estas virtudes”. Sus partidarios constituían el partido democrático y fue el que al fin se llevó el gato al agua: sorteo para elegir a los responsables políticos, el Consejo de los Quinientos o la rendición de cuentas.
     La democracia, pues, fue desde el primer momento el sistema social, ético y político que se fundamenta en la participación consciente y responsable de todos los ciudadanos. Es lo que, entre otros muchísimos pensadores (desde Platón o Aristóteles hasta hoy) que insisten en lo mismo, se citaba la semana pasada en boca de Daniel Innerarity: que todo el juego presupone una ciudadanía que comprende y observa críticamente la política. Así es un modo de participación colectiva y responsable de todos, como propio de la naturaleza humana y del respeto a la persona. Y derivadamente, basado en el sentido común.
    Después de Grecia en pocos momentos de la historia la democracia ha sido la opción política elegida. Salvo en rincones privilegiados (Reino Unido y países de su influencia, USA…) el mundo ha sido gobernado por poderes despóticos y autoritarios que, contando con la aquiescencia y el conformismo del pueblo sometido, han hecho depender de las alturas, religiosas o civiles, su origen y justificación. Y eso en el mejor de los casos, cuando no se han mostrado como barbarie pura.

Publicado el día 18 de enero de 2019

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