Las dos versiones

    Cuánto ha que bajé, pregunta don Quijote, a sus acompañantes. Se refiere a la famosa aventura de “La cueva de Montesinos”, caverna a la que había descendido, atado a unas cuerdas que los de arriba iban soltando poco a poco. Y precisamente esa pregunta sobre el tiempo que había permanecido abajo plantea, entre otros, el sentido de la hazaña. Los lectores de El Quijote recordarán el minucioso relato que nuestro héroe, cuando llegó a la superficie, contó de lo que había visto abajo: un mundo de personajes encantados, que, dirigidos de alguna manera por el propio Montesinos, vivían en un fabuloso palacio de cristal, tal como había profetizado el propio Merlín. Personajes de leyenda pero muy reales, sin embargo, para don Quijote (y que sería prolijo detallar ahora). La referencia al tiempo viene por la disparidad de opinión de otros y de uno. —¿Cuánto ha que bajé? —preguntó don Quijote. —Poco más de una hora —respondió Sancho. —Eso no puede ser —replicó don Quijote—, porque allá me anocheció y amaneció, y tornó a anochecer y amanecer tres veces; de modo que, a mi cuenta, tres días he estado en aquellas partes remotas y escondidas a la vista nuestra. Tres días o una hora, por tanto, son las alternativas que ofrecen las lógicas de cada uno de los que intervienen en el episodio.
    Una de las capacidades de que disponemos los seres vivos, cada uno a su nivel, es el de formular patrones de interpretación de la realidad. Todo tiene su contexto y cualquier hecho o episodio, por mínimo que sea, nunca se descifra de manera suelta sino dentro de una significación. Tenemos por ello, delante de nuestras narices, dos versiones de lo que acontece tanto en nuestro interior como ahí fuera, en lo que llamamos la realidad. Y no se crea que el diseño quijotesco es pura invención, pura fantasía. Quienes conocen el texto saben que en la maraña de apariciones de encantados aparece, también, Dulcinea, acompañada de dos campesinas, una de las cuales se acerca a don Quijote, en nombre de su dama, ¡a pedirle prestados seis reales!
    Cide Hamete Benengeli, el supuesto autor arábigo del texto del que Cervantes asegura haber traducido El Quijote, en esta ocasión, tras reflejar la discusión sobre lo acontecido dentro de la cueva, deja al arbitrio del lector decidir sobre la veracidad o no del relato, por entender que se trata de asentarse en una u otra realidad. Las dos versiones de la vida.

Publicado el día 14 de junio de 2019

No hay comentarios:

Publicar un comentario