Desplazamiento ideológico

      Un amigo, militante tibio pero militante de un partido conceptualizado progresista, aseguraba que, en verdad, muchos de sus convencimientos pertenecen más al ámbito de lo que se llama la derecha pero que su filiación se debe a un cierto desplazamiento ideológico, que se da en España en lo que sin más precisiones se llaman valores de izquierda y derecha. La prueba está, insistía, en que, de pertenecer a otro país de los que alguien llamaría protoeuropeos o clásicos, de los que llevan siglos viviendo la democracia y manteniendo una taxonomía axiológica básicamente ética, adobada por el rigor y el progreso, votaría sin duda, y hasta puede que militara, en un partido conservador. En el Reino Unido, Holanda, Bélgica, Alemania, Francia… y algún otro país más. Hay que tener presente, insistía, en que en estos países son los conservadores los que principalmente han ejecutado el modelo de sociedad de que disfrutamos en Occidente.
         Y es que, con matices, ¿quién si no ellos han conseguido, por ejemplo, una efectiva y real separación Iglesia-Estado; aprobado y simplificados los trámites del divorcio; legalizado el matrimonio homosexual; permitida la reproducción asistida; autorizado el aborto mediante el sistema de plazos; establecido un sistema de enseñanza progresista, moderno y eficaz? Mientras, aquí los conservadores no solo no promueven ninguno de estos avances en derechos sino que tratan por todos los medios de anularlos e impedirlos. El caso de la educación es muy revelador. Valgan dos muestras, el tratamiento social, laboral y cultural de la Formación Profesional, Y las tortuosas peripecias de la asignatura de educación para la ciudadanía, un conocimiento que, con unos u otros matices, lleva un montón de años en esos países, estimulando la libertad y la responsabilidad. Para conocer que hay diversos tipos de familia no hace falta adentrarse en el campo de la sociología, la antropología, la historia social… Basta con mirar al vecino de arriba o al de enfrente. Negar esa información en sede académica es, además de inútil, mostrar disonancia radical entre lo que se estudia y la realidad de la calle.
        Motivos sociológicos, culturales, políticos, religiosos… explican este desajuste ideológico y diacrónico. ¿Será posible en todo caso aducir lo de La Codorniz cuando aseguraba que España tiene más futuro que nadie porque aún ha de pasar por los siglos XVII, XVIII, etc.?

Publicado el día 6 de mayo de 2016

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