El artista y el transfigurado

        Discutían los griegos sobre si es lo mismo la exactitud de la política que la del arte, si, dicho de otra manera, una y otro (política y arte) deben manejarse o no con los mismos esquemas y atribuirles similares estructuras. No era una bagatela la discusión porque detrás de ella se escondían visiones contrapuestas de la sociedad y del mundo. Y, como ocurre en estos casos, había opiniones para un lado y para otro. Dos de los más grandes filósofos de la época disentían. Platón era partidario de que sí, que se debía aplicar el mismo criterio, mientras que Aristóteles defendía que no, que los fines y propósitos de ambos quehaceres humanos son muy diferentes y alejados entre sí.
     Tiene actualidad esta controversia al haberse presentado ante la opinión pública un partido que, según se aprecia cada día, ha confundido dos realidades que nada tienen que ver entre sí. Ha trocado al país, a España, con un plató de televisión y creído que la acción política es un “reality show”. En consecuencia, para ganar el premio en liza, utiliza los modos y maneras al uso en ese tipo de actuaciones. Y no hay otra cosa más. Detrás de la escenografía no hay pensamiento ni proyecto político o social alguno, ideología o diseño de formas de gobernanza. Socialdemocracia o comunismo, Ikea…, ¡qué más da!, la ocurrencia a que se recurre según guion. Lo que importa es pasar cada día imaginando comportamientos surrealistas, como el encuentro de la semana pasada, primario y simplista, en la P. del Sol. No, el problema no está en lo que algunos llaman doctrina radical, sino en haber mezclado el arte teatral con la realidad y existencia humana, en que no hay doctrina de ningún tipo. Y eso sí que es muy peligroso. Una vez acabe la función, ¿ahora qué se hace? Por supuesto que Podemos no es Syriza, un partido con contenido.
         Izquierda Unida, naturalmente, es otra cosa. IU es un partido organizado, estructurado, con ideología, contenido y proyecto político. Ya antes de las últimas generales se vio a su nuevo líder solicitando, reclamando y hasta mendigando atención e interés, no recibiendo más que desplantes, humillaciones y desprecios, de los que, textos e imágenes, las hemerotecas dan testimonio. Ahora anda por la calle transfigurado, como en una nube, con una expresión permanente de placer infinito, al modo que se supone de los bienaventurados. Mientras, su partido, hasta con sus símbolos velados.

Publicado el día 10 de junio de 2016

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