Los sabios de Ghotam

Aunque no todo el mundo está convencido de que ocurriera realmente, sí que por lo general se considera que el rey acabó modificando el recorrido que tenía previsto. ¿Para qué iba a hacerlo si no? Todo vino porque por aquel entonces (alrededor del siglo XIII) cuando un rey o un notable iba de viaje, a los pobladores de los localidades por las que pasaba les gravaban con un impuesto colectivo para arreglar los caminos principales. Y esto fue lo que se anunció a los habitantes de la localidad de Gotham, que el rey John iba a marchar desde Leicester a Nottingham y, al pasar por todos los pueblos del camino, a nuestros protagonistas les iba a caer una contribución de padre y muy señor mío pues los caminos reales no estaban en absoluto en condiciones. ¿Qué hacer en esta tesitura?, ¿un rey que, por otros motivos, nada les importaba, simplemente porque iba de camino les iba a dejar más pobres de lo que ya estaban?, ¿no habría alguna solución para el caso? 
El remedio debió venir de algún ingenioso que siempre los hay o, quizá, de algún entendido y versado en la ley: puesto que las leyes locales exceptuaban de impuestos a las poblaciones que sufrían pandemias o sequías, si se podía mostrar que esa era la situación, podrían librarse del dichoso arbitrio. Pero ¿cómo infectar de pronto a toda la población con un padecimiento general?, ¿y cuál podría ser esa enfermedad o epidemia? Obviamente no sería fácil inventarse que todos padecían del estómago, sin evidencias en sus cuerpos. Pero ¿y de la locura?, ¡ah!, ¿y si a todos les hubiera alcanzado ese trastorno por razón de alguna plaga extraña? Esperarían a la llegada de los inspectores reales para, en un acto bien coordinado, fingir que todo el pueblo estaba loco a causa de un raro trastorno. Además en aquella época se creía que este mal era contagioso. 
     Y la estratagema sirvió estupendamente a su propósito: fingiendo besar vacas, bañarse con tierra, comer pan sin hornear y otros varios comportamientos de este jaez lograron, como se preveía, horrorizar a los veedores del rey. Que tras lo cual se decidió a modificar el trayecto. Los locos de Gotham se han convertido en un tema recurrente. Llamados en unos casos así, para la mayoría son “los sabios de Gotham”. Y hasta han sido objeto de atención de artistas y creadores. ¿Es acaso una chifladura recordar en este momento una respuesta colectiva como esta? A lo mejor depende. 

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