Los palestinos siguen ahí


     Ha quedado ya casi como antigua la expresión “la agenda del mundo”. Se refería este dicho, como muchos recordarán, al conjunto de temas o materias a los que había que prestar especial y urgente atención política para tratar de resolver. Frente a la opacidad informativa de lo que no se hablaba ni, lo que es peor, nadie se ocupaba, la agenda del mundo servía para detectar cuáles eran las preocupaciones principales del mundo o, en todo caso, de un territorio concreto. Como se puede suponer, el verdadero problema que planteaba la referida agenda era quién la formulaba, quién era el que determinaba o  establecía a qué había que atender pronto y primero. Hoy la agenda del mundo, aunque está en parte sobrepasada o, por lo menos matizada, por ejemplo, por los trending topics, temas del momento o tendencias que vienen impulsadas por lo que se dice en internet, sigue vigente porque los poderosos siguen siendo los poderosos y no van a renunciar a su fuerza.
      Defendía hace unos meses el jefe de Gobierno israelí Netanyahu ante el presidente Obama que la agenda de su país era el rearme militar y nuclear iraní. En ese momento los palestinos habían resuelto sus diferencias internas y se encaminaban a presentar a la opinión pública internacional, a la agenda del mundo, su deseo de ser considerados un Estado y presentar esa solicitud a las Naciones Unidas. Problema iraní o no, era obvio que el interés israelí estaba en que “el mundo” se olvidara de los palestinos, de su existencia, de sus problemas, de la masacre y humillación extrema en que sobreviven. Y, como en el fondo todos los fundamentalismos vienen a ser lo mismo y, por contradictorios que parezcan, siempre acaban echándose una mano unos a otros, un par de bravuconadas iraníes consiguieron el milagro. La bomba nuclear iraní es lo que importa y olvidémonos de los palestinos. Y efectivamente han quedado borrados de la agenda del mundo. ¿Qué se hizo, por ejemplo, podemos preguntarnos imitando a Jorge Manrique, de la petición a la ONU de un Estado palestino salvo la admisión en la UNESCO?
       Coincidió esta discusión con la aparición de los llamados papeles de Wikileaks esa famosa filtración, con más ruidos que nueces, que descubrió el disgusto de los USA ante las bravatas de Netanyahu, preguntándose quién se creía que era la potencia principal y cómo pretendía imponer su criterio y sus intereses por encima de todo. Y también por esos días un micrófono indiscreto descubrió cómo Sarkozy comentaba a Obama que Netanyahu es inaguantable y un mentiroso.
       Pues mentiroso e inaguantable, ni un solo apunte recuerda la tragedia de los palestinos mientras las imágenes muestran al presidente Obama saludando achicado al líder del grupo de presión judío. Ante esa realidad, estas líneas solo quieren recordar que el pueblo palestino sigue ahí, sobreviviendo, y que cada día que pasa hay un asentamiento nuevo en su territorio que terminará impidiendo de hecho la creación de su Estado. Un exministro israelí decía no hace mucho que "Netanyahu no sólo quiere ganar, también quiere humillar". Da la impresión de que este deseo lo comparten demasiados judíos.

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